Dicen por ahí que Teruel no existe, pero los que lo conocemos sabemos que eso no es cierto. Son los recuerdos de aquella plataforma ciudadana que luchó no hace mucho para defender su tierra de los muchos agravios que ha sufrido por parte de unos y de otros, y que con mucho esfuerzo consiguió que a Teruel se le escuchará, que muchos supieran de repente que al sur de Aragón había una ciudad y una provincia que luchaban por sus derechos y que no iban a permitir seguir siendo los grandes olvidados.
Teruel ha padecido de manera muy rigurosa la emigración de sus gentes hacía otras partes del país más prósperas, como la Comunidad Valenciana, Cataluña o Zaragoza. Son muchos los turolenses, hijos y nietos de turolenses que viven fuera de esta provincia y que regresan a menudo a la que consideran su tierra. La continua falta de infraestructuras, servicios y trabajo de mediados del siglo pasado hizo que la población de la provincia se redujera más de la mitad, y aunque durante los últimos años la población se ha mantenido más o menos estable, muchos pueblos cuentan con muy pocos vecinos y están al borde de la desaparición.
Son 236 municipios, muchos de los cuales incluyen varias pedanías o barrios, la mayor parte de escasa población, sobre todo en el duro y frío invierno, pero cada uno tiene ese encanto especial que atrae a los suyos, y cada vez más a muchos visitantes que empiezan a descubrir todos esos rincones que, mientras para los lugareños siempre han estado ahí, para los turistas son verdaderos descubrimientos. Estrechas callejuelas, pequeñas plazas, miradores sorprendentes, sendas de montaña entre parajes espectaculares… todo ello está a la vuelta de la esquina en cualquier pueblo de Teruel, grande o pequeño, de sierra o de llano.
Afortunadamente, gracias a ciertas iniciativas, tanto públicas como privadas, y al rico patrimonio natural y arquitectónico de la provincia, se ha conseguido que Teruel se convierta en un destino turístico de interior de gran calidad y con potencial de crecimiento. Dinópolis, Motorland, las estaciones de esquí de Valdelinares y Javalambre, el turismo rural en comarcas como Albarracín, el Maestrazgo, Matarraña o Gúdar-Javalambre, el mudéjar de la capital o fiestas de Interés Turístico como la Semana Santa del Bajo Aragón o las Bodas de Isabel de Segura, conforman una oferta turística amplia y variada, para cualquier época del año, y a muy poca distancia de grandes ciudades y áreas metropolitanas como Valencia, Zaragoza, Madrid o Barcelona.
Todo ello acompañado de una rica gastronomía, que sabe sacar el máximo provecho de los mejores productos de la zona. El jamón de Teruel y derivados del cerdo, el ternasco de Aragón, el aceite del Bajo Aragón, la trufa negra de Teruel, el azafrán del Jiloca, el melocotón de Calanda, la ternera del Maestrazgo, los quesos de Albarracín, Tronchón o Celadas… son solo algunos de los productos más conocidos de la provincia pero no los únicos.
Desde Esencia de Pueblo queremos aportar un granito de arena para que toda esta experiencia llegué a la mayor cantidad de gente posible, dentro y fuera de Teruel, porque a unos más que a otros, pero a todos nos quedan rincones por descubrir, experiencias por vivir y sabores que probar.
Y para finalizar os compartimos este precioso vídeo titulado «Soy Teruel», dirigido por Diego Arambillet, y que nos hace sentirnos parte de esta estupenda provincia: